La coincidencia de las leyendas en las regiones
colonizadas por España es singular. Muchas crónicas se repiten a través del
vasto continente americano y en algunos casos tienen proyecciones separados por
el tiempo y la distancia.
Un ejemplo es este episodio semejante que
corresponde a las actuales Guatemala y Venezuela. En ambos casos los
protagonistas son los mismos: El conquistador, el indio y un ave. En Guatemala,
el conquistador se llama Pedro de Alvarado, el indio Tecum-Uman y el ave el
Quetzal...
Cuenta la tradición que Alvarado al llegar a la
tierra de los Mayas encontró en lo abrupto de la serranía que se prolonga
hasta la capital de la región (Ciudad de Guatemala) una fuerte resistencia de
parte de los pobladores de la zona, que se hacía más terrible para los
conquistadores cada día que pasaba.
Alvarado consideró que para acabar con aquella
resistencia, había que darle muerte al cacique Tecum-Uman, noble y prestigioso,
incapaz de temerle a nada. Este carácter hizo que el indio no evadiera el
encuentro con el español.
Una mañana ambos hombres se encontraron frente a
frente. Ambos fuertes, después de mucho batallar, el español logró cierta
ventaja frente a su adversario. En el momento en que la espada castellana iba a
hundirse en el pecho del cacique, el quetzal hace su aparición, abalanzándose
sobre Alvarado, quien como pudo, escapó del ave, salvando al cacique de una
segura muerte.
Está historia no es extraña para Venezuela. En el
alto Cuyuní (sur oriente venezolano), existe una historia muy similar. Los
factores son los mismos con otros protagonistas. El conquistador, Torre Aldana
que formaba parte de una de las numerosas expediciones que buscaron
infructuosamente El Dorado. El indio era Tapiaracay, y el ave un Paují (ave
gallinácea, muy común en Colombia y Venezuela).
En cierta ocasión, el extremeño Torre se tropezó
con Tapiaracay, al que conocía por las muchas escaramuzas que les habían
enfrentado. Pero en este caso, iban solos. Tanto la espada como la macana
salieron a relucir en el encuentro. Ágiles y fuertes, la lucha no se decantaba
por ninguno de los dos, cuando sin ninguna explicación, el paují se abalanzó
sobre el español., picoteándole el cuello...Y se dio a la fuga. Tapiaracay siguió al español, pero desistió luego de encontrarse este con otros soldados.
Poco sabemos de Tapiaracay. Realmente nada. Salvo
algunas referencias en las crónicas de Torre Aldana de donde se refiere el
episodio anteriormente descrito, en la que debe existir algo de fantasía,
puesto que el paují es muy cauto y una ave prácticamente terrestre. No es
territorial (algo que si puede ser el Quetzal y de allí el ataque a Alvarado).
La otra referencia sobre el cacique es de Pedro Malaver, Capitán español que
lideró en varias oportunidades expediciones en la búsqueda de El Dorado.
Malaver refiere la bravura de Tapiaracay, que según su crónica, recibió un tiro
de su arcabuz y el cacique siguió en la lucha, como si nada.
Antes y durante la conquista, la historia de
América se ha escrito con leyendas...
Hasta aquí puedo contar.
Las imágenes son de la red
Desde este rincón: Feliz Año 2014. Que todo
lo bueno y todos sus deseos se cumplan.
4 comentarios:
Da una cierta amargura el recordar la avaricia de esos conquistadores, y la brava resistencia de los conquistados. Felíz Navidad.
Conocía la historia del quetzal, pero no la venezolana.
Saludos, Manuel.
Esas leyendas son lo que presta tanto encanto a la historia e invita a averiguar más, a desentrañar cuánto se oculta de verdad tras ellas.
Feliz día, monsieur, espero que recuperado de las fiestas!
Bisous
Interesante historia Doc... Ojala los nuevos ocupantes de nuestros territorios, recuerden su historia porque la hemos visto repetirse ya muchas veces...
Saludos...!!!!
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